Óscar Roldán-Alzate, director del Museo Universitario de la Universidad de Antioquia, lidera el proyecto para darle vida a un concurso de cuento entre estudiantes de últimos años de secundaria que se construya desde las ideas de José Celestino Mutis.
Para Óscar Roldán-Alzate la palabra clave de la vida es la curiosidad. Desde muy pequeño recopilaba objetos, y dentro de sus colecciones permanecen las plantas, esa fue su entrada al mundo de Mutis, Humboldt y Caldas.
Roldán-Alzate es artista plástico y magíster en ciencia política, es apasionado por la botánica, la investigación curatorial y la historia. Su placer por conocer la ciencia, la filosofía y las artes le han permitido ocupar el puesto que un intelectual de la cultura anhelaría, estar al frente de un museo, el Museo Universitario de la Universidad de Antioquia.
¿Por qué la Comisión Mutis se interesó en promover su figura entre los adolescentes?
Estamos convencidos de que es necesario que se recuperen las figuras emblemáticas en el pensamiento de la identidad en un país como Colombia, hay que volver la vista atrás y revisar los personajes. Qué bueno actualizar el conocimiento de las personalidades que nos permitieron estar donde estamos, preguntarse quiénes fueron, como pasa con Jorge Tadeo Lozano; muchos saben que es una universidad, pero pocos que fue un prócer, o en Medellín con Atanasio Girardot, saben que es un estadio, pero desconocen que también fue el héroe de Bárbula y todo lo que hizo.
¿Qué explica el poco énfasis en la educación secundaria de episodios como la Expedición Botánica?
No todos los colegios tienen esa falencia, hay algunos a los que les interesa mucho la historia de Colombia. La historia es absolutamente necesaria para ubicarnos en el presente. Lo digo como participante de la Comisión y director del Museo de la UdeA, el afán contemporáneo nos ha llevado a dejar de lado las inquietudes humanísticas importantes, y eso tiene que ver con la idea del desarrollo, de la innovación, un afán por profesionalizar gente en los ámbitos ingenieriles, en los ámbitos productivos que pocas vecen privilegian las artes y las humanidades.
Son pocos los colegios que se formulan desde preceptos humanistas. Eso va calando y no se queda en la educación básica, sino que impacta de manera decidida en la formación profesional. En las ingenierías no se estudia historia de la ingeniería, son asuntos que no parecen relevantes, pero a la hora del té saber de qué se trató la historia de la extracción aurífera es determinante.
¿Cómo introducir temas como el de Mutis en el currículo de más colegios?
Una estrategia clave es la que estamos diseñando con el concurso de cuento sobre temas mutisianos; también hemos discutido sobre la producción de contenidos diseñados para los currículos colegiales, como cartillas, documentales y la traducción de investigaciones a contextos escolares. La Comisión tiene cierta incidencia sobre las políticas públicas en educación, lo que se traduce en señalar algunos aspectos que hemos creído que son importantes, y que no solo son una preocupación de la Comisión o del presidente Belisario Betancur, que fue el gran gestor; son preocupaciones que se pueden revisar incluso en los resultados de las dos misiones de sabios, no nos estamos inventando el agua tibia. Lo que vale es la toma de decisiones concretas, las instituciones tienen una suerte de albedrío para definir currículos complementarios, en algunos casos son exitosos y en otros ni son explorados.
¿Cómo generar estrategias que salgan del aula a espacios como museos, sin que se vean tediosas para un adolescente?
Ese es el punto más encantador de nuestro trabajo desde la museología y la educación, que se han tomado los museos porque son espacios que tienen una plataforma expandible mágica que permite encontrarnos con asuntos históricos, y con prospectivas de futuro de manera inusitada, lo que no sucede en un espacio colegial.
En nuestro caso somos cuatro museos bajo la sombrilla de Museo Universitario de la UdeA: el Antropológico, que con su colección etnográfica es el museo más grande en Colombia en materia de conservación de piezas de alfarería prehispánica; el de Ciencias Naturales, que supera las 40.000 piezas; y el de Historia y el de Artes, que son un universo dentro de una universidad, y diseñamos experiencias para jóvenes en una visita no convencional. Tenemos el reto de actualizar nuestros guiones museográficos, talleres y contenidos no escolares. Debemos propiciar espacios donde no hay que ir un paso más allá, ni hay que mejorar el PIB, es un espacio para el ocio, no para el negocio.
¿De qué se trata el concurso de cuento sobre Mutis para escolares?
La razón de ser de la Comisión Mutis es actualizar los legados que dejó el Sabio. Ver en su obra y su vida un ejemplo digno de ser replicado en las nuevas generaciones. Pensar en Mutis lo remite a uno a dos universos: el de la Expedición Botánica y el de un hombre de la vida religiosa. Fue médico, matemático, librepensador, escritor, filósofo… se movía en muchas áreas.
Una de las estrategias que se ha pensado es cómo para mantener la memoria viva del Sabio, una muy eficaz que hemos encontrado es un concurso de cuento enfocado a escolares de la básica secundaria, sobre todo en los estudiantes de últimos grados y próximos a graduarse.
El concurso está en una fase de prediseño, ya hay una ruta, una idea que nace de la Comisión donde han confluido organizaciones civiles, personalidades, organizaciones universitarias públicas y privadas. Nuestro objetivo es convocar instituciones que tengan relación con Mutis, porque llevan su nombre en la razón social, o porque están relacionadas con la ecología y la botánica.
Este no es un concurso de investigación sino de exploración. Queremos que se dinamicen inquietudes mutisianas, como lo que está sucediendo con el calentamiento global en los microclimas de los territorios donde se ubican las instituciones; también preocupaciones del pensamiento contemporáneo y la forma en que nos relacionamos con el medio ambiente, con los animales, con la responsabilidad social y la ética frente a la naturaleza.
Pronto tomaremos decisiones sobre la manera como se va a convocar, cómo se va a dirigir… Queremos que el concurso apruebe que las instituciones reciban recursos para desarrollar el proyecto. Tener productos museables de foto, video, herbario o de cualquier otra forma que permita que se dinamicen las formas de generar modelos de investigación. En la medida en que eso ocurra, podremos contar con una exposición itinerante y premiar una de esas propuestas. Nuestro sueño es que quienes trabajen en grupo y sean premiados puedan recibir equipos para exploración o un viaje al Real Jardín Botánico de Madrid para conocer las láminas de la gesta naturalista de Mutis, y que eso se vuelva una experiencia memorable para quienes participen.
Queremos que el concurso sea nacional, pero veremos cuáles son esas instituciones elegibles para hacer un piloto y acompañar los procesos de los estudiantes; eso va a requerir un compromiso de las instituciones universitarias que componen la Comisión Mutis.
¿Qué enseñanza de Mutis deben conocer los jóvenes?
Mutis estaba absolutamente seguro de que Dios era la naturaleza. Debemos entender que somos parte de un todo y dueños de nada. Así consigamos y atesoremos cosas, esas son transitorias; entender esas cosas es más complicado que tenerlas; entender la manera de hablar con las plantas, y no es como halamos con un niño o una mascota, o entender los símbolos de la naturaleza, y esa es una de las cosas más lindas detrás de un personaje como Mutis, hacerse una reflexión sobre la naturaleza desde la búsqueda de su entendimiento.